Renuncia el Secretario de Prensa de la Nación: Eduardo Serenellini deja su cargo tras fuertes tensiones internas en el Gobierno de Milei

Manuel Adorni y Karina Milei consolidan su influencia en una de las pugnas más intensas dentro de la administración. La salida de Serenellini marca la tercera baja importante en menos de un mes.

En un giro que refleja las tensiones internas que atraviesan el Gobierno de Javier Milei, el Secretario de Prensa de la Nación, Eduardo Serenellini, presentó este martes su renuncia al cargo. La decisión se produce en medio de una serie de críticas y cuestionamientos hacia su gestión, así como de una pulseada de poder que finalmente inclinó la balanza a favor de Manuel Adorni, el vocero presidencial, y Karina Milei, hermana del mandatario y figura clave en la administración.

Serenellini, quien ostentaba rango ministerial, confirmó su salida a través de la red social X (antes Twitter): “Por motivos personales he presentado mi renuncia al cargo de Secretario de Prensa de la Nación al presidente Javier Milei. Agradezco su confianza y conservo una gran amistad”, escribió. El comunicado puso fin a meses de especulaciones sobre su futuro en el Gobierno, donde era cuestionado por diversos sectores, aunque contaba con el respaldo personal del presidente.

El periodista, con una extensa trayectoria en medios como Canal 26 y LN+, había sido objeto de duras críticas por su desempeño y decisiones. En los pasillos de la Casa Rosada, algunos lo describían como “el hombre de Juan Cruz Ávila dentro del Gobierno”, en referencia al empresario mediático que recientemente incursionó en la programación de América y A24. Sin embargo, su influencia se vio erosionada por la creciente fortaleza de Adorni, quien ahora amplía su poder como vocero oficial.

Una interna que no se ocultaba
La rivalidad entre Adorni y Serenellini era una de las más notorias dentro del Gobierno, al punto de que ambos funcionarios eran ubicados en asientos separados durante actos oficiales, viajes y eventos. Un episodio emblemático de esta tensión ocurrió el 20 de noviembre, durante un acto en el Salón Blanco de la Casa Rosada, donde el presidente Milei recibió a la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni. A pesar de haber sido invitado, Serenellini fue excluido del grupo de funcionarios que acompañaron al mandatario y se le impidió sentarse junto a ellos. Ante la situación, optó por retirarse discretamente por la puerta trasera.

En Balcarce 50, sede del poder ejecutivo, circulaban comentarios maliciosos sobre su rol: “¿Qué hace Serenellini? No hace nada. Viaja a las provincias, nada más”, se escuchaba entre los pasillos. Estas críticas, sumadas a la falta de apoyo interno, terminaron por sellar su destino.

Consecuencias y reajustes en el Gobierno
La renuncia de Serenellini no solo marca una nueva victoria para Adorni y Karina Milei, sino que también refleja la volatilidad del gabinete de Javier Milei. En menos de un mes, esta es la tercera baja de un alto funcionario, tras las salidas de Ignacio Yacobucci, titular de la Unidad de Información Financiera (UIF), y Rodolfo Barra, Procurador del Tesoro Nacional.

En cuanto a la sucesión de Barra, el Gobierno anunció este martes el nombramiento de Santiago María Castro Videla, un abogado especializado en derecho administrativo y con formación en derecho constitucional y procesal. Sin embargo, por el momento no se ha designado un reemplazo para Serenellini, lo que sugiere que Adorni absorberá aún más responsabilidades en el área de comunicación.

Un Gobierno en constante movimiento
La salida de Serenellini no solo pone en evidencia las tensiones internas dentro del Gobierno, sino que también subraya la influencia creciente de Karina Milei y su capacidad para moldear el equipo de trabajo de su hermano. Mientras tanto, el presidente Milei enfrenta el desafío de mantener la estabilidad en su administración, en un contexto marcado por pugnas de poder y cambios constantes en su gabinete.

Con esta renuncia, el Gobierno de Milei pierde a una figura que, aunque cuestionada, mantenía un vínculo cercano con el mandatario. Ahora, el foco estará puesto en cómo se reconfigura el mapa de poder dentro de la Casa Rosada y qué nuevos ajustes podrían estar por venir.

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