El presidente Javier Milei buscó opacar las revelaciones internacionales sobre su presunta implicación en una estafa de criptomonedas al lanzar un virulento ataque contra el gobernador Axel Kicillof, acusándolo de inseguridad y amenazando con intervenir la provincia. La reacción política no se hizo esperar, con un amplio repudio y advertencias sobre el avance autoritario del mandatario nacional.
Desesperado por desviar el foco del escándalo de la estafa de $LIBRA, Javier Milei lanzó un ataque prematuro contra el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, en un intento por tapar las nuevas revelaciones de medios internacionales que lo vinculan con presuntos pedidos de coimas en el mundo de las criptomonedas. A primera hora de la mañana, el presidente utilizó sus redes sociales para responsabilizar a Kicillof por la inseguridad en la provincia, calificándola como “un baño de sangre”, y exigió su renuncia, amenazando con una intervención federal.
La respuesta de Kicillof no se hizo esperar. El mandatario provincial acusó a Milei de “cobarde” y lo instó a abandonar las redes sociales y los “delirios autoritarios” para trabajar en seriedad. “Avanza con el sueño autoritario de intervenir una provincia”, afirmó Kicillof, quien anunció que presentará una denuncia por delitos contra el orden constitucional y los poderes públicos.
El ataque de Milei no solo generó un amplio rechazo en el arco político, sino que también logró algo inédito: unir al peronismo en torno a la defensa de Kicillof. Figuras como Cristina Kirchner, Sergio Massa y Máximo Kirchner expresaron su apoyo al gobernador bonaerense, mientras que otros líderes políticos, intendentes y legisladores de diversas fuerzas repudiaron la amenaza de intervención.
El contexto del ataque: el escándalo de $LIBRA y las acusaciones internacionales
El ataque de Milei ocurrió el mismo día en que el New York Times publicó una investigación en la que empresarios del sector de las criptomonedas denunciaron haber recibido solicitudes de sobornos por parte del entorno del presidente. Según el medio estadounidense, los montos solicitados oscilaban entre 50 mil y 500 mil dólares a cambio de obtener una foto con Milei y “palanca” para operar en el mercado.
En medio de este escándalo, el presidente decidió centrar su atención en el asesinato de Kim Gómez, una niña de 7 años en La Plata, para atacar a Kicillof. “Si le interesa el bienestar de los bonaerenses, córrase del camino (es decir, renuncie) y déjenos intervenir la provincia. En un año nosotros vamos a terminar con la violencia”, escribió Milei en Twitter.
Sin embargo, la amenaza de intervención fue interpretada como un nuevo intento de avanzada inconstitucional. “Hay consensos que no se tocan: la democracia, el federalismo y la Constitución”, respondió Kicillof en una conferencia de prensa, acompañado por funcionarios, legisladores y referentes de distintos espacios políticos.
Unión política en defensa de la democracia
El ataque de Milei generó un impacto tal que, de manera involuntaria, logró unificar al peronismo en torno a la defensa de Kicillof. Cristina Kirchner repostó un comunicado del Partido Justicialista en el que se repudia “la gravísima e insólita amenaza de intervención” de Milei, a quien acusó de intentar un “golpe institucional”. Máximo Kirchner, por su parte, pidió al presidente que “devuelva los más de 700 mil millones de pesos que le quitó a la provincia para seguridad”.
Sergio Massa también se sumó a las críticas, calificando la propuesta de Milei como “desesperada” y señalando que “esta semana fue la más autoritaria de los últimos años”. Desde el PRO, aunque hubo voces que tomaron distancia, como la del jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, la mayoría de los referentes mantuvo un silencio incómodo ante la gravedad de la situación.
Advertencias desde las provincias y el Congreso
Gobernadores de distintas provincias, como Sergio Ziliotto (La Pampa), Ricardo Quintela (La Rioja) y Gildo Insfrán (Formosa), se expresaron en defensa de la soberanía provincial y el respeto a la voluntad popular. “Es imperativo defender la soberanía de las provincias y garantizar que quienes han sido elegidos democráticamente puedan ejercer su mandato sin presiones”, coincidieron.
Desde el Congreso, los bloques de Unión por la Patria en Diputados y Senadores criticaron duramente la amenaza de Milei. “Hoy pide la renuncia de un gobernador y amenaza con la intervención de una provincia. Si no le ponemos freno, seguramente tendrá otras víctimas en el futuro”, advirtieron. Además, señalaron la participación de Milei y su hermana, Karina Milei, en el escándalo de las criptomonedas.
Kicillof instruye una investigación y responsabiliza a Milei por el narcotráfico
En un giro adicional, Kicillof instruyó al Ministerio Público Fiscal para que investigue la posible comisión de delitos contra el orden constitucional y los poderes públicos. Además, responsabilizó a Milei por el incremento del narcotráfico en la provincia. “La provincia no produce droga. Esto es responsabilidad del gobierno nacional, y Milei es el principal responsable del narcotráfico”, afirmó.
Conclusión: un presidente acorralado
La desesperación de Milei por desviar la atención del escándalo de $LIBRA lo llevó a lanzar una amenaza que, lejos de silenciar las críticas, exacerbó el rechazo político y social. Con un amplio repudio desde las provincias, el Congreso y los movimientos sociales, el presidente parece cada vez más acorralado, mientras su imagen se desgasta en medio de acusaciones de autoritarismo y corrupción.