Marte pudo albergar playas paradisíacas: Descubren evidencias de un antiguo océano en el planeta rojo

Un estudio reciente revela que, hace miles de millones de años, Marte podría haber tenido costas bañadas por el sol, con olas suaves y playas de arena. El rover chino Zhurong, que aterrizó en 2021, descubrió depósitos subterráneos que sugieren la existencia de un vasto océano en el hemisferio norte marciano. Este hallazgo refuerza la teoría de que el planeta fue habitable en el pasado y abre nuevas posibilidades para la búsqueda de vida extraterrestre.

Hace aproximadamente 3.600 millones de años, la Tierra era un lugar hostil, cubierto por océanos de lava, sometido a constantes impactos de meteoritos y habitado por microorganismos que sobrevivían en condiciones extremas. En contraste, Marte, según las últimas investigaciones, podría haber sido un destino paradisíaco, con playas de arena dorada y aguas tranquilas. Este escenario, que parece sacado de una novela de ciencia ficción, ha sido respaldado por nuevos hallazgos científicos.

Un equipo internacional de investigadores, liderado por científicos chinos y estadounidenses, ha descubierto evidencias de lo que podrían ser antiguas playas en Marte. El rover Zhurong, que aterrizó en el planeta rojo en mayo de 2021 como parte de la misión Tianwen-1, detectó depósitos subterráneos en una región conocida como Utopia Planitia, en el hemisferio norte marciano. Esta zona, según los expertos, habría albergado un extenso mar hace miles de millones de años.

“Encontramos indicios de viento, olas y grandes cantidades de arena: un escenario perfecto para unas vacaciones marcianas”, afirmó Benjamin Cárdenas, profesor adjunto de geología en la Universidad Estatal de Pensilvania y coautor del estudio publicado recientemente en Proceedings of the National Academy of Sciences.

El rover Zhurong, que operó entre mayo de 2021 y mayo de 2022, recorrió 1,9 kilómetros en una zona escarpada que se cree fue parte de una antigua costa marciana. Utilizando un radar de penetración terrestre, el vehículo explorador sondeó hasta 80 metros bajo la superficie, revelando capas de sedimentos que coinciden con las características de las playas terrestres. Estas formaciones, con una inclinación de aproximadamente 15 grados, son similares a las que se encuentran en las costas de nuestro planeta.

“La orientación y pendiente de estas capas sugieren que estuvieron expuestas a un cuerpo de agua estable durante un período prolongado”, explicó Michael Manga, profesor de ciencias terrestres y planetarias en la Universidad de California, Berkeley. “Esto nos lleva a pensar en la existencia de un océano antiguo en Marte”.

Los investigadores estiman que este océano se formó hace unos 3.700 millones de años, posiblemente como resultado de grandes inundaciones, y que desapareció gradualmente hace aproximadamente 3.400 millones de años, cuando el planeta se enfrió y perdió su atmósfera. Aunque hoy Marte es un mundo frío y seco, este descubrimiento refuerza la hipótesis de que alguna vez fue un lugar habitable.

“Las costas son lugares ideales para buscar rastros de vida pasada”, señaló Cárdenas. “En la Tierra, la vida más primitiva surgió en ambientes similares, donde el aire y las aguas poco profundas se encuentran”.

Este hallazgo no solo cambia nuestra comprensión del pasado marciano, sino que también tiene implicaciones para futuras misiones de exploración. Las playas y costas antiguas podrían ser los lugares más prometedores para buscar evidencias de vida microbiana extinta.

Un misterio que persiste
A pesar de estos avances, el destino del agua marciana sigue siendo un enigma. Los científicos creen que gran parte del líquido escapó al espacio cuando el planeta perdió su atmósfera, mientras que otra porción quedó atrapada bajo la superficie en forma de hielo o se incorporó a minerales. Las misiones futuras, como las planeadas por la NASA y la Agencia Espacial Europea, podrían arrojar más luz sobre este misterio.

Mientras tanto, el descubrimiento de playas antiguas en Marte nos recuerda que, en algún momento, el planeta rojo pudo haber sido un lugar muy diferente al que conocemos hoy: un mundo con océanos, costas y, tal vez, las condiciones necesarias para albergar vida.

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