El presidente firmó un decreto para convertir a la empresa minera de Río Turbio en una S.A., siguiendo el mismo camino que inició con el Banco Nación. La medida genera controversia y reaviva el debate sobre el rol del Estado en la gestión de empresas estratégicas.
El presidente Javier Milei tomó este domingo una nueva decisión en su plan de reformas estructurales: la empresa minera Yacimiento Carbonífero de Río Turbio (YCRT), con sede en Santa Cruz, será transformada en una sociedad anónima. La medida, formalizada mediante un decreto que se publicará este lunes en el Boletín Oficial, sigue el mismo camino que la reciente conversión del Banco Nación en una S.A., anunciada la semana pasada.
El vocero presidencial, Manuel Adorni, confirmó la noticia a través de su cuenta en X (antiguo Twitter), parafraseando una famosa frase de Roberto Dromi, ministro de Obras Públicas durante el gobierno de Carlos Menem en 1989: “El Presidente de la Nación ha firmado el decreto que transforma la empresa Yacimiento Carbonífero de Río Turbio en una Sociedad Anónima. Nada de lo que no deba ser estatal permanecerá en manos del Estado. Que tengan todos un gran inicio de semana. Fin”.
Un paso hacia la privatización
A diferencia del Banco Nación, que fue excluido de la lista de empresas a privatizar tras su paso por el Congreso, YCRT figura entre las compañías sujetas a privatización en el marco de la Ley Bases. Esto ha llevado a especular que la transformación en sociedad anónima podría ser un paso previo para su eventual venta al sector privado.
La medida no ha estado exenta de críticas. Roy Staning, secretario general de la Junta Interna de Punta Loyola, ya había advertido en octubre pasado sobre los riesgos de privatizar la empresa: “Somos una empresa que podría otorgar energía a toda la provincia de Santa Cruz. Estamos en contra de la privatización; necesitamos inversiones”, afirmó.
Antecedentes turbulentos
YCRT ya había estado en el ojo del huracán en septiembre pasado, cuando su interventor, Thierry Decoud, fue destituido tras un escándalo por un audio en el que dos allegados a la empresa quedaron expuestos por un presunto pedido de coimas en una operación de venta de carbón de baja calidad a una compañía israelí. Este episodio puso en evidencia los desafíos de gestión y transparencia que enfrenta la empresa.
El caso del Banco Nación
La transformación de YCRT en sociedad anónima sigue el modelo aplicado recientemente al Banco Nación, que fue oficializada mediante el decreto 116/2025, publicado el jueves pasado en el Boletín Oficial. Aunque el Banco Nación fue excluido de la lista de privatizaciones, el Gobierno argumentó que su conversión en S.A. es “imprescindible” para que la entidad pueda “continuar aumentando los préstamos a favor de las PyMEs y las familias”.
Según el decreto, el Estado Nacional conservará el 99,9% del capital social del Banco de la Nación Argentina Sociedad Anónima (BNA S.A.), mientras que el 0,1% restante estará en manos de la Fundación Banco de la Nación Argentina.
Un debate que se intensifica
La decisión de Milei de avanzar con la transformación de YCRT en una sociedad anónima reaviva el debate sobre el rol del Estado en la gestión de empresas estratégicas. Mientras el Gobierno insiste en que “nada de lo que no deba ser estatal permanecerá en manos del Estado”, los críticos advierten sobre los riesgos de privatizar recursos clave para el desarrollo regional y nacional.
El futuro de YCRT, una empresa con potencial para abastecer de energía a toda Santa Cruz, sigue siendo incierto. Lo que está claro es que esta medida marca un nuevo capítulo en el ambicioso plan de reformas del presidente Milei, que no deja de generar polémica y dividir aguas.