El Rojo brilló con autoridad y confianza, mientras que Vélez mostró su peor versión en un Torneo Apertura que lo encuentra hundido en la tabla. Independiente venció 3-0 y es líder de la Zona B.
El enfrentamiento entre Independiente y Vélez no fue sólo un partido de fútbol, sino un reflejo de dos realidades opuestas. El Rojo derrochó autoestima, optimismo y solidez, mientras que el Fortín se mostró como un equipo desmoronado, lejos de aquel que se consagró campeón hace apenas dos meses. La lógica se impuso: el conjunto pujante, vibrante y seguro de sí mismo superó ampliamente al que hoy se mira al espejo y no se reconoce. Con un contundente 3-0, Independiente sumó doce puntos y retomó el liderazgo de la Zona B del Torneo Apertura. En contraposición, Vélez acumuló apenas un punto de los últimos quince y aún no ha marcado goles en lo que va del certamen.
La victoria de Independiente se cimentó en su confianza y fluidez con el balón, además de contar con futbolistas destacados. La dupla de centrales conformada por Lomónaco y Valdez, considerada la mejor en la actualidad, adelantó las líneas y presionó en campo rival. Vera y Sporle desbordaron incansablemente por las bandas, mientras que Loyola, Millán –quien debió salir lesionado y fue reemplazado por Montiel– y Tarzia se proyectaron desde el mediocampo, pisando con frecuencia el área contraria. Cabral alternó con habilidad entre la creación y la recuperación, y Ávalos respondió con creces a la razón de su contratación: goles decisivos.
Frente a un Vélez irreconocible, que sólo mantuvo a Marchiori, Ordóñez, Bouzat y Pizzini de su estructura campeona, Independiente desplegó un primer tiempo brillante, lleno de variantes ofensivas y contundencia. El balón circuló con fluidez por todo el terreno, y a la media hora exacta, Ávalos aprovechó un rebote largo del arquero para abrir el marcador. A los 42 minutos, Lomónaco salió jugando con elegancia desde la mitad de la cancha, habilitó a Sporle por la izquierda y, tras un preciso centro, Ávalos marcó de cabeza el segundo tanto.
En el complemento, Vélez intentó una leve reacción con los ingresos de Porcel y Braian Romero por Pizzini y Michael Santos. Porcel aportó dinamismo y comandó algunos ataques, pero la falta de ideas y la impotencia colectiva fueron evidentes. Con el correr de los minutos, el equipo de Liniers se rindió ante la superioridad rival. Independiente, fiel a su plan, esperó replegado y apostó al contraataque para sentenciar la goleada. Montiel avanzó por la derecha, habilitó a Giménez Rojas, y este asistió a Cabral, quien con un sutil derechazo al ángulo selló el 3-0 definitivo.
Tras noches de frustración y enojo, los hinchas de Independiente celebran y sueñan con lo que viene. Con actuaciones como esta, creen firmemente que lo mejor está por llegar.