A pesar de que la muerte de María Rodríguez se investiga como un presunto suicidio, la justicia decidió no descartar ninguna hipótesis.
En la mañana del domingo 3 de diciembre falleció María Rodríguez, la gendarme que peleaba por su vida en el Hospital tras recibir una herida de bala en la cabeza.
Mientras la justicia investiga lo ocurrido, manejando la hipótesis de que la herida pudo ser autoinfligida, se mantenía demorado a tres compañeros de la fuerza, uno de ellos pareja de la víctima, que se encontraban en el lugar al momento del hecho. Los cuales serán indagados en la jornada de hoy.
Según el relato de los tres imputados, todos se encontraban en el domicilio cuando en un momento la mujer se dirigió al baño, tras lo cual se escuchó un disparo. Los hombres ingresaron al baño y hallaron a la joven tirada en el suelo, herida, pero todavía con vida.
La trasladaron de urgencia al Hospital Regional de Río Grande donde fue intervenida quirúrgicamente y quedó alojada en la sala de terapia intensiva, aunque falleció pocas horas después como consecuencia de la herida de bala que presentaba en la cabeza.
La jueza de instrucción Cecilia Cataldo, quien está a cargo del caso, dispuso que los tres hombres queden preventivamente detenidos. A pesar de que el hecho se investiga de forma preliminar bajo la figura de un supuesto suicidio, los investigadores «no descartan ninguna hipótesis».
Para las próximas horas se espera que la magistrada defina la mecánica de lo acontecido y sostenga o descarte la hipótesis del suicidio.