La low cost Flybondi intentó censurar el portal flybondi.fail , que reporta sus cancelaciones y retrasos, pero el intento de eliminación tuvo el efecto contrario. En lugar de desaparecer, el sitio aumentó su tráfico y cambió de dominio para continuar visibilizando los problemas operativos de la secadora.
Es casi inimaginable que una figura de la talla de Barbra Streisand esté familiarizada con el avión Flybondi, y mucho menos que se suba a uno de sus aviones. Sin embargo, en un giro irónico de los eventos, la low cost se ha visto envuelta en un episodio similar al famoso “Efecto Streisand”, un fenómeno donde intentar ocultar o censurar algo provoca una mayor exposición. En esta ocasión, la empresa de vuelos de bajo costo intentó silenciar el sitio web flybondi.fail , que rastrea sus cancelaciones y retrasos, pero en lugar de lograr su objetivo, el sitio obtuvo una mayor notoriedad y un aluvión de visitas.
Todo comenzó en las últimas horas, cuando los creadores de flybondi.fail recibieron una notificación legal de la aeronave. La misiva de la compañía, enviada el pasado miércoles, exigía que cesaran el uso de su nombre registrado en el dominio del sitio, argumentando que se trataba de una infracción de sus derechos de marca. Sin embargo, lejos de lograr que el portal desapareciera, la intimidación de Flybondi resultó en un efecto completamente opuesto. El sitio, que se especializa en exponer los retrasos y cancelaciones de la secadora, se mudó rápidamente a un nuevo dominio: failbondi.fail , una jugada irónica que duplicó la referencia a la palabra “fail” (fallar en inglés).
Los desarrolladores detrás de este proyecto, identificados en las redes sociales como @esoesnulo y @rusosnith, informaron a través de la nueva página que, ante la intimación de Flybondi, se vieron obligados a cambiar el dominio para continuar con su trabajo de visibilizar los problemas. de la cabecera. En el comunicado publicado en el nuevo sitio, los creadores explicaron que el mensaje recibido por parte de la firma legal Noetinger & Armando Abogados señalaba que el uso no autorizado de marcas registradas, como Flybondi y La libertad de volar , constituía una infracción legal. A pesar de ello, el cambio de dominio permitió que el portal siguiera funcionando con mayor visibilidad, generando un efecto de “boca a boca” entre los usuarios.
En el correo enviado por los abogados de la aerolínea, se hacía referencia a que Flybondi es el único titular de las marcas mencionadas y que cualquier uso sin su autorización podría ser considerado competencia desleal. Además, se exige que los desarrolladores del sitio web eliminen todos los elementos vinculados a la marca Flybondi en un plazo de 24 horas. En caso contrario, la empresa advertía sobre la posibilidad de iniciar acciones legales contra ellos.
Este intento de censura no pasó desapercibido en las redes sociales, donde los internautas rápidamente se hicieron eco de la situación. Flybondi, tratando de mejorar su imagen frente a las críticas, publicó un tuit que destacaba sus cifras de operación, afirmando que entre el 7 de diciembre de 2024 y el 7 de enero de 2025 había realizado 2.616 vuelos, transportado a 397.467 pasajeros y alcanzado una “regularidad de vuelos” del 99,35%. Sin embargo, esta afirmación fue rápidamente desmentida por los propios usuarios, quienes señalaron que no se mencionaban las reprogramaciones y cancelaciones frecuentes que afectan a los pasajeros de la aérea.
En lugar de calmar las aguas, la acción de Flybondi solo aumentó la visibilidad de su mal desempeño operativo. El “Efecto Streisand” sigue haciendo eco, y failbondi.fail se ha convertido en un símbolo irónico de la falta de regularidad de los vuelos de la low cost, que parece tener más problemas para mantener su reputación que para operar de manera eficiente.