El Gobierno de Javier Milei concede aumento salarial del 5% a fuerzas federales tras amenazas de protesta

El incremento rompe el techo salarial impuesto por la Secretaría de Trabajo y responde a las presiones de Gendarmería, Prefectura y otras fuerzas de seguridad.

En respuesta a las amenazas de movilizaciones por parte de integrantes y familiares de las fuerzas de seguridad, el gobierno liderado por Javier Milei anunció un aumento salarial del 5% para los efectivos de la Gendarmería Nacional, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Policía Federal. La medida, que quiebra el techo salarial impuesto por la Secretaría de Trabajo, fue oficializada mediante la Resolución 176/2025, publicada este viernes en el Boletín Oficial y firmada por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich.

El incremento salarial será retroactivo a los meses de enero y febrero y se hará efectivo a partir de marzo. Este ajuste implica mejoras en los haberes básicos y en conceptos adicionales como horas extra y funciones especiales.

Detalles de los nuevos haberes

Con la actualización, un gendarme recibirá un haber mensual de 659.000 pesos retroactivo a enero, 667.000 pesos en febrero y 700.000 pesos a partir de marzo. Además, se incrementará la asignación por la “función de prevención barrial”, que pasará a ser de 320.000 pesos en marzo, y las horas extra tendrán un incremento de aproximadamente 20.000 pesos.

En el caso de la Policía Federal, el haber básico desde marzo será de 785.000 pesos, con aumentos adicionales en los suplementos por zona y horas extraordinarias. Para un marinero de la Prefectura Naval, el salario básico llegará a 700.000 pesos, mientras que un oficial principal de la Policía de Seguridad Aeroportuaria percibirá 549.000 pesos.

Tensión creciente: la protesta del 25 de febrero

La medida de aumento llega en un contexto de tensión creciente, luego de que familiares y suboficiales de la Gendarmería Nacional anunciaran una protesta programada para el 25 de febrero frente a comandos regionales. Las demandas incluyen mejores condiciones salariales, la reducción de la carga horaria y el pago de suplementos por tareas de seguridad en puntos críticos como Rosario y Buenos Aires.

“La situación es insostenible”, declararon los organizadores de la protesta, quienes denuncian que los salarios netos no superan los 780.000 pesos. También exigieron que se garantice el derecho a manifestarse sin represalias. “Muchos gendarmes están dejando la fuerza porque no pueden sostenerse con sus ingresos. Queremos visibilizar lo que está ocurriendo y pedir soluciones”, afirmaron.

Según un petitorio que circula en grupos de WhatsApp de efectivos, las exigencias incluyen un haber mensual de 1.800.000 pesos para el grado de gendarme, la revisión de la carga horaria y el respeto a los suplementos por tareas de seguridad ciudadana. También piden que no se apliquen sanciones a quienes participen de la manifestación pacífica.

Desgaste y descontento

Un recibo de sueldo correspondiente a enero de 2025 revela que un suboficial percibió 978.665,59 pesos brutos, pero tras descuentos de 195.890,07 pesos, el monto neto fue de 782.775,52 pesos. Esta situación ha generado un fuerte malestar entre los efectivos, quienes consideran que el incremento dispuesto por el Gobierno es insuficiente frente a la inflación y las crecientes demandas laborales.

Impacto y expectativas

El anuncio del aumento salarial representa un intento del Gobierno por apaciguar las tensiones en el sector de las fuerzas de seguridad. Sin embargo, queda por verse si la medida será suficiente para desactivar la protesta convocada para el 25 de febrero. Las fuerzas federales desempeñan un rol fundamental en la seguridad del país, y su descontento puede tener repercusiones significativas en la estabilidad del sistema de seguridad nacional.

Con esta medida, el Ejecutivo también enfrenta el desafío de justificar el quiebre del techo salarial impuesto por la Secretaría de Trabajo, lo que podría sentar un precedente para otros sectores que también reclaman mejoras salariales.

El panorama queda abierto, con una tensión latente y la expectativa de que el diálogo entre las partes logre evitar un conflicto de mayor magnitud.

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