El equipo cordobés mostró graves falencias defensivas y pagó caro sus errores. La Academia dominó el encuentro con comodidad.
En una noche para el olvido, Belgrano de Córdoba fue vapuleado por Racing Club, que lo superó con un contundente 4 a 0 en el Cilindro de Avellaneda. El conjunto dirigido por Walter Erviti exhibió múltiples desajustes defensivos, especialmente por las bandas, y nunca logró conectarse en ofensiva, facilitando el triunfo cómodo del local.
El partido fue una verdadera bofetada a la improvisación táctica ensayada por el entrenador celeste. Sin un volante de contención efectivo que brindara equilibrio entre líneas, el equipo padeció constantes embates por los laterales, donde Racing encontró terreno fértil para generar peligro.
Desconcierto y desorden
Fausto Grillo, quien llegó para aportar solidez defensiva, fue ubicado como lateral izquierdo, una posición poco habitual para él. La decisión de Erviti se tradujo en un constante sufrimiento, ya que Grillo fue desbordado repetidamente por Martirena y Vietto, quienes lo superaron casi sin oposición. A esto se sumó la falta de respaldo del volante por ese sector, lo que dejó aún más expuesto el flanco izquierdo del equipo.
La primera anotación de Racing llegó tras una jugada que evidenció las falencias defensivas de Belgrano: un balón largo desde la banda fue controlado de manera impecable por “Maravilla” Martínez, quien entre los centrales definió con autoridad para abrir el marcador.
Un equipo de partido en el campo
El cuadro cordobés mostró una preocupante desconexión entre sus líneas. Los delanteros, como Jara y el “Chino”, quedaron aislados a más de 70 metros del arco defendido por Arias. En el mediocampo, Metilli debió desempeñarse como volante central sin éxito, mientras que Reyna, ubicada por la derecha, no aportó en la contención ni en la creación de juego.
Atrás, la dupla Leguizamón-Meriano ofreció más dudas que certezas, con errores recurrentes y falta de coordinación. Las bandas, desprotegidas, se convirtieron en autopistas para los ataques de Racing, que aprovecharon cada oportunidad con tranquilidad y sin mayores esfuerzos.
Sin reacción
A lo largo del encuentro, Belgrano no mostró capacidad de reacción ni ajustes tácticos. Erviti no logró encontrar soluciones desde el banco, y el equipo se hundió en su propia inoperancia. Racing, por su parte, jugó un placer y mostró una superioridad abrumadora.
La derrota no solo deja preocupaciones por el resultado, sino también por la falta de identidad y organización del equipo cordobés. Mientras Racing se consolida con un juego ordenado y efectivo, Belgrano deberá replantearse su estrategia si no quiere seguir cediendo terreno en el torneo.