Un video viral muestra a dos inteligencias artificiales conversando mediante sonidos similares a los de los antiguos módems, anticipando un escenario donde los agentes de IA realizarán tareas cotidianas en nombre de los usuarios. Expertos analizan las implicaciones y la eficacia de esta innovación.
En un hecho que parece sacado de una película de ciencia ficción, dos asistentes virtuales impulsados por inteligencia artificial (IA) han protagonizado una conversación que ha capturado la atención de miles en redes sociales. El video, difundido en la plataforma X (anteriormente Twitter), muestra a una voz sintética, que actúa como agente de IA de un individuo, solicitando información a otra voz sintética, esta vez el asistente virtual de un hotel, sobre la disponibilidad para celebrar eventos nupciales en el establecimiento.
Lo que comienza como una interacción aparentemente normal toma un giro sorprendente cuando ambos interlocutores se percatan de que son entidades artificiales. En ese momento, el asistente del hotel propone cambiar a un “modo GibberLink” para optimizar la comunicación. Acto seguido, las máquinas intercambian una serie de sonidos que evocan los ruidos característicos de los módems de los años 90, aunque a una velocidad mucho mayor, o incluso los pitidos y silbidos de los droides de La Guerra de las Galaxias.
Este peculiar diálogo, que ha sido visto y compartido masivamente, ofrece un anticipo de un futuro que podría estar más cerca de lo que imaginamos. Los principales desarrolladores de IA generativa, como Google, Microsoft, OpenAI y Anthropic, han pronosticado que el año 2025 marcará la popularización de los denominados “agentes de IA”. Estos asistentes personales no solo procesarán información o resolverán consultas, sino que también realizarán gestiones en nombre de los usuarios, como reservar habitaciones de hotel o realizar transacciones, utilizando contraseñas y datos personales.
Sam Altman, director ejecutivo de OpenAI, la empresa detrás de ChatGPT, ha definido a estos agentes como “un colega supercompetente que conoce cada detalle de tu vida, desde correos electrónicos hasta conversaciones, pero sin sentirse como una extensión de ti mismo”. Según Altman, estos sistemas podrán ejecutar tareas de inmediato o, en casos más complejos, presentar propuestas o solicitar aclaraciones antes de actuar.
¿Un lenguaje propio para las máquinas?
El video plantea una pregunta intrigante: ¿comunicarán las IA entre sí utilizando un lenguaje exclusivo, como el que se muestra en la grabación? Aunque el efecto es llamativo, los expertos dudan de su practicidad. Carlos Gómez Rodríguez, catedrático de Computación e Inteligencia Artificial en la Universidad de La Coruña, explica que “si un modelo de IA necesita comunicarse con otro, lo más eficiente sería enviar la información directamente en formato de texto a través de Internet”. Según el especialista, la aplicación de un sistema de sonidos como el del video sería, en el mejor de los casos, marginal.
En la grabación, mientras los asistentes emiten los sonidos, las pantallas de los dispositivos muestran subtítulos que traducen la conversación. Curiosamente, el tiempo que tardan en transmitir la información mediante estos ruidos es significativamente menor que el que llevaría articular las mismas frases en lenguaje humano.
Detrás de la tecnología
Los creadores del experimento utilizaron la librería ggwave, disponible en GitHub, para facilitar la comunicación entre los asistentes. “Lo que han hecho es programar dos modelos de lenguaje para que, al reconocerse mutuamente como IA, cambien a una codificación de información mediante tonos de sonido, similar a lo que hacían los módems antiguos”, detalla Gómez Rodríguez. Aclara, además, que esta interacción no es espontánea, sino que fue programada específicamente para el video.
Aunque este método de codificación es más eficiente que la voz humana en términos de velocidad de transmisión, el experto insiste en que el envío de datos en formato texto seguiría siendo la opción más práctica.
Un futuro en construcción
El video no solo ha despertado fascinación, sino también debates sobre el rumbo que está tomando la inteligencia artificial. Mientras algunos ven en esta innovación un paso hacia una mayor autonomía de las máquinas, otros cuestionan su utilidad real en el mundo cotidiano. Lo que es indudable es que este experimento nos acerca a un futuro donde los agentes de IA podrían convertirse en intermediarios indispensables en nuestras vidas, gestionando tareas y facilitando procesos con una eficiencia sin precedentes.
El escenario presentado en el video, aunque aún lejano en términos prácticos, nos invita a reflexionar sobre cómo la tecnología seguirá transformando la forma en que interactuamos con el mundo y, quizás, cómo las máquinas interactuarán entre sí.