El desafío del turismo en Tierra del Fuego: Inversiones, ajustes y una temporada con expectativas moderadas

Oscar Rubinos, empresario hotelero y referente del sector turístico en Tierra del Fuego, se refirió sobre los desafíos que enfrenta la industria ante un contexto económico incierto, la desaparición del programa PreViaje y las proyecciones para la próxima temporada de verano.

Con la temporada de verano acercándose, los operadores turísticos de Tierra del Fuego comienzan a ajustar sus expectativas en base a los primeros indicadores de un año complejo para el sector. Oscar Rubinos, empresario hotelero con una amplia trayectoria en la provincia, habló por FM La Isla, la situación del turismo desde su perspectiva. “La temporada de invierno ya mostró una merma en la cantidad de turistas, estimamos que fue entre un 10% y un 15% menos respecto al año anterior”, afirmó en referencia a la baja del turismo nacional e internacional. Las expectativas para el verano tampoco son las mejores, y gran parte del problema radica en la situación económica actual del país.

Rubinos menciona que uno de los factores clave que impacta en la afluencia de turistas es la caída del programa PreViaje, que anteriormente había sido una herramienta fundamental para impulsar el turismo interno en épocas de crisis. Sin embargo, reconoce que este tipo de subsidios “no es sostenible en el tiempo”. “No podés subsidiar a la gente que quiere viajar durante toda la vida. El PreViaje fue útil para superar una coyuntura específica, pero su desaparición era inevitable”, explica.

El empresario subraya que, si bien la falta de PreViaje no es el único factor que afecta al turismo, la situación económica y la baja del consumo en general también han jugado un papel importante. “Todos los actores del sector estamos ajustando nuestras tarifas, haciendo promociones, y tratando de minimizar el impacto”, comentó. Sin embargo, la realidad es que el turismo internacional también se ve afectado, en gran parte debido a que Argentina, y particularmente Tierra del Fuego, se ha vuelto un destino costoso.

Rubinos explicó que aunque las tarifas en dólares no han cambiado en los últimos cinco años, los costos asociados a los servicios y productos en el país han aumentado, lo que genera un efecto en la percepción de Argentina como destino caro. “El turista que viene con un paquete organizado para visitar la Antártida o el Fin del Mundo lo sigue haciendo, pero es cierto que en comparación con otros años, se nota una leve merma en la cantidad de visitantes internacionales”, agregó.

Uno de los factores que ha contribuido a este fenómeno es la diferencia cambiaria en las fronteras. “Antes, los turistas de Chile o Uruguay cruzaban a Argentina porque les resultaba más económico comprar aquí. Ahora es al revés, nuestro país se ha vuelto más caro para ellos”, explicó Rubinos, quien también señala que el turismo proveniente de países con economías más fuertes, como los europeos, sigue manteniendo su flujo, pero sin las cifras abultadas de años anteriores.

En términos de inversiones, Rubinos es claro en su postura. “Nosotros, en el sector hotelero, no invertimos pensando en los vaivenes del corto plazo. Las inversiones son a largo plazo, y por eso no creo que el contexto actual afecte de manera significativa a los proyectos que ya están en marcha”, señala. De hecho, menciona la ampliación de su propio hotel, el Canal Bill, que pasó de tener 58 a 99 habitaciones en el último año y medio, como ejemplo de cómo los empresarios del rubro apuestan a la proyección a largo plazo.

Sin embargo, Rubinos reconoció que para otros actores del sector, sobre todo aquellos que están evaluando entrar al mercado, la situación puede ser diferente. “Hay una oferta creciente de departamentos en Ushuaia que compite con la hotelería formal. Este fenómeno ha generado que muchos inversores piensen dos veces antes de embarcarse en nuevos proyectos hoteleros”, sostuvo. Según el empresario, la falta de control sobre este tipo de alojamiento ha impactado de manera negativa en la planificación a largo plazo de nuevas inversiones, limitando el desarrollo de la oferta hotelera formal.

El empresario remarca que en los últimos diez años la capacidad hotelera en Ushuaia solo creció un 6%, un porcentaje mínimo para una ciudad que recibe cada vez más turistas. “No ha habido grandes inversiones en nuevos hoteles en la ciudad. La falta de competencia ha beneficiado a los hoteles existentes, pero es insostenible a largo plazo. Se necesita generar nuevas opciones de alojamiento, especialmente en el segmento de hoteles de 4 y 5 estrellas, que son los que verdaderamente atraen a los turistas de mayor poder adquisitivo”, explicó Rubinos.

En este sentido, apunta a que la concentración de la oferta hotelera en Ushuaia también genera problemas, ya que limita las opciones para los turistas que buscan experiencias más diversas dentro de la provincia. “Faltan inversiones en áreas fuera del núcleo urbano, como el centro de la isla, el lago Fagnano, o incluso Península Mitre, que tienen un gran potencial pero requieren del impulso del sector privado”, comenta.

El empresario reconoció que aún queda mucho por hacer para explotar el verdadero potencial turístico de Tierra del Fuego. “El destino está subexplotado, especialmente en las áreas más alejadas de Ushuaia, dijo. Hay un gran número de atractivos naturales que no se están aprovechando, desde lagos hasta termas y montañas que podrían atraer a turistas que buscan una experiencia más integral y completa en la provincia”, sostiene.

Un ejemplo de esta subexplotación es el conflicto que persiste en torno a las termas, que aún no han sido puestas en valor. “Es increíble que tengamos un recurso tan importante y que siga sin aprovecharse por cuestiones burocráticas o de propiedad. Lo mismo pasa con el lago Fagnano, que no cuenta con emprendimientos turísticos significativos, cuando debería ser uno de los principales destinos dentro de la provincia”, comenta Rubinos.

Perspectivas de cara a la próxima temporada: Expectativas moderadas y ajustes en la oferta

A pesar de las dificultades, Rubinos se muestra optimista en cuanto a la capacidad del sector para adaptarse a la situación. “Los operadores turísticos, incluidos los hoteleros, están ajustando sus estrategias de venta, tarifas y promociones para seguir siendo competitivos. Hay que estar atentos, tratar de ser eficientes y ofrecer el mejor servicio posible para mitigar el impacto de la crisis”, señala.

En cuanto a las expectativas para la próxima temporada de verano, anticipó un escenario de incertidumbre, pero no de desesperanza. “Seguramente veremos un impacto, pero la demanda sigue existiendo. Hay una cantidad similar de cruceros programados para Ushuaia, y aunque el turismo internacional puede sentir la presión de los costos, quienes ya han planificado su viaje lo mantendrán. La clave será ofrecer experiencias que realmente valgan la pena para el turista”, concluye. Así, el desafío del sector turístico en Tierra del Fuego sigue siendo cómo mantener la competitividad y el atractivo del destino en un contexto económico adverso, apostando por un desarrollo más integral y diversificado, que incluya tanto al turismo internacional como al nacional.

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