Milei promete un “verano nuclear” mientras el sector científico denuncia contradicciones

La gestión libertaria anunció un Plan Nuclear Argentino, pero arrastra cuestionamientos por el desfinanciamiento y despidos masivos en el sector.

En su discurso por cadena nacional al cumplir un año de gestión, el presidente Javier Milei reveló su intención de transformar a la Argentina en un “polo regional de innovación”. Bajo esa premisa, presentó el Plan Nuclear Argentino , una iniciativa que promete posicionar al país como un referente en inteligencia artificial (IA) y energía sustentable. Sin embargo, las críticas de especialistas y los datos de su propia gestión empañan la ambiciosa propuesta.

De reactores paralizados a un plan que genera dudas

El plan anunciado estará liderado por Demian Reidel, físico y economista con experiencia en la banca internacional, quien dará detalles en una conferencia de prensa el 20 de diciembre. Pero lo que Milei presenta como innovador es visto por expertos como un reciclaje de proyectos ya existentes.

Adriana Serquis, expresidenta de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA), denunció que el gobierno actual paralizó obras estratégicas, como los reactores CAREM y RA-10 , mientras desfinanciaba organismos científicos. “Es un anuncio contradictorio. Suspenden proyectos que llevaban años de desarrollo y despiden a profesionales irremplazables por sus bajos salarios. No se entiende qué buscan con este nuevo plan”, expresó.

Además, se señala que la privatización de empresas clave como Nucleoeléctrica Argentina y la transformación de otras, como Invap , en sociedades anónimas generan incertidumbre sobre el futuro de la tecnología nuclear nacional.

Tres paradojas en el discurso de Milei

Diego Hurtado, exsecretario de Planeamiento en Ciencia y Tecnología, destacó tres contradicciones en la propuesta presidencial:

  1. Paralización del sector nuclear: Desde el inicio del gobierno libertario, se ralentizaron proyectos estratégicos y se desfinanciaron pymes y empresas tecnológicas.
  2. Anuncio de política industrial incompatible: El gobierno promete un desarrollo nuclear mientras precariza los salarios y fomenta la migración de recursos humanos.
  3. Falta de actores clave: El discurso ignora a instituciones como la CNEA e Invap, delegando el plan a un especialista financiero sin experiencia en gestión científica.

“Milei habla de un futuro donde Argentina lidera con reactores, pero hasta ahora lo único que impulsa son recortes. Su plan no es un Plan Nuclear Argentino, sino uno genérico, sin sustento ni visión estratégica”, resumió Hurtado.

La IA y el desafío energético: ¿realidad o espejismo?

El presidente argumenta que la energía nuclear es clave para sustentar la creciente demanda de la inteligencia artificial, sector que, según él, transformará al país. No obstante, especialistas como Emmanuel Iarussi, investigador del Conicet, desmienten el supuesto vínculo entre climas fríos y el desarrollo de tecnología avanzada. “La Patagonia no se convertirá en un Silicon Valley solo porque haga frío. Es una idea simplista que ignora las necesidades reales de infraestructura y personal capacitado”, señaló.

Mientras tanto, los datos oficiales muestran un retroceso alarmante en el sector: entre 2003 y 2015, Argentina había duplicado la cantidad de especialistas nucleares y desarrollado proyectos de vanguardia. En contraste, la gestión actual suma despidos, paralización de obras y deuda acumulada con contratistas.

El “verano nuclear” bajo la lupa

El Plan Nuclear Argentino, anunciado como una revolución, se enfrenta a un panorama adverso: sin recursos humanos, con salarios deprimidos y proyectos suspendidos. La retórica del gobierno plantea más dudas que certezas: ¿se construirán reactores propios o se adquirirán del extranjero? ¿Qué modelo subyace en esta política científica?

Para los especialistas, la respuesta es clara: “Detrás de los anuncios espectaculares, no hay un plan real ni conocimiento de lo que implica construir tecnología de esta envergadura”, concluyó Serquis.

Con el 20 de diciembre como fecha clave, el país espera precisiones. Hasta entonces, el supuesto “verano nuclear” parece más una estrategia discursiva que una apuesta concreta al desarrollo.

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