El organismo internacional pone en tela de juicio las medidas adoptadas en el pasado y condiciona el nuevo acuerdo que se negocia con el Gobierno de Javier Milei.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) emitió un crítico informe en el que cuestionó el mantenimiento de los controles sobre los flujos de capital y el desdoblamiento del mercado cambiario en Argentina. Este análisis, centrado en el programa económico aplicado durante la gestión anterior, tiene implicancias directas sobre las negociaciones actuales entre el organismo y la administración de Javier Milei.
En su informe, el FMI subrayó que la práctica de aprobar revisiones recurrentes de programas basados en medidas de control cambiario “temporales” se convirtió en un sustituto del ajuste estructural necesario para alcanzar las metas del programa. “La dependencia de estas medidas envió una clara señal de que el país miembro no estaba implementando un ajuste sostenible, lo que justifica una reconsideración del enfoque adoptado”, sostuvo el organismo.
El impacto de las políticas implementadas
El informe analizó el Acuerdo de Facilidades Ampliadas firmado en 2022, abarcando el período 2022/23, pero sus conclusiones trascienden ese marco temporal. El Gobierno de Javier Milei busca cerrar un nuevo acuerdo con el FMI en el primer cuatrimestre del año, aunque enfrenta importantes desafíos. Actualmente, el Ejecutivo sostiene el cepo cambiario y una política de administración del tipo de cambio que busca moderar el ritmo de devaluación, reduciendo el ajuste mensual del 2% al 1% a partir de febrero.
Según el FMI, el Banco Central de la República Argentina (BCRA) debe enfocarse en acumular reservas internacionales para garantizar estabilidad y alejar dos riesgos cruciales: el default de la deuda y un salto abrupto en el tipo de cambio que dispare la inflación. Estas recomendaciones chocan con la estrategia gubernamental de mantener una apreciación controlada del peso e intervenir activamente en los mercados.
El análisis del Fondo Monetario
El informe también destaca que durante el programa de 2022, el uso de controles cambiarios y restricciones fue significativo. “De conformidad con el Artículo VIII del Convenio Constitutivo, el Directorio Ejecutivo puede aprobar temporalmente estas medidas en circunstancias excepcionales. Sin embargo, su implementación debería estar acompañada de un plan claro para su rápida eliminación”, señala el documento.
El organismo considera que las medidas aplicadas no lograron corregir los desequilibrios en la balanza de pagos de manera sostenible. “La dependencia de estas políticas aumentó continuamente, enviando una señal inequívoca de que el programa necesitaba una recalibración profunda”, agrega el informe.
La política cambiaria bajo escrutinio
Uno de los puntos más controversiales en la negociación actual con el FMI radica en la acumulación de reservas. Mientras el organismo exige una devaluación significativa del peso y la eliminación de controles que permita estabilizar el mercado, el Gobierno sostiene una postura opuesta: mantener la apreciación del peso y controlar los flujos financieros mediante la intervención del BCRA.
El desdoblamiento del mercado cambiario también está en el centro del debate. Actualmente, un 20% de las exportaciones se liquida en el mercado financiero paralelo, algo que contradice las recomendaciones del Fondo. La insistencia en mantener estas políticas también refleja la tensión entre los objetivos de corto plazo del Gobierno y las demandas estructurales del FMI.
Lecciones del pasado y su aplicación futura
El capítulo sobre “Lecciones Generales” del informe destaca que las políticas implementadas durante la gestión de Alberto Fernández, con los ministros Martín Guzmán y Sergio Massa, no lograron los objetivos esperados. Este análisis sirve como advertencia para las negociaciones actuales y plantea dudas sobre la viabilidad de mantener el curso actual sin ajustes significativos.
El FMI enfatiza que sus programas tienen como objetivo principal corregir desequilibrios sin recurrir a medidas que perjudiquen la prosperidad nacional o internacional. Sin embargo, la aplicación de controles y restricciones en Argentina se ha extendido más allá de lo considerado temporal, afectando la credibilidad del programa y la confianza del mercado.
Conclusión: Un acuerdo bajo presión
Las negociaciones entre el Gobierno y el FMI se desarrollan en un contexto de alta incertidumbre y tensión. Las recomendaciones del organismo exigen un cambio drástico en la política cambiaria y fiscal, mientras que el Gobierno busca evitar un ajuste que podría tener costos políticos y sociales significativos. En medio de estas tensiones, el futuro del acuerdo será clave para definir el rumbo económico del país en el corto y mediano plazo.