En el aniversario de la creación de la Universidad Obrera Nacional, estatuida por ley del congreso el 19 de agosto de 1948 durante el primer Gobierno de Juan Domingo Perón y antecesora de la UTN, Fabio Seleme, Secretario de Cultura y Extensión de la institución se refirió a la fecha.
“Es una fecha muy cara para todos los que formamos parte de la tecnológica porque fue el origen histórico de la UTN, un origen que es muy singular y que nosotros, lo que formamos parte de la UTN, tenemos como algo valioso, porque la UTN es muy distinta en origen, en historia y en tradición al resto de las universidades nacionales. Tiene este origen ligado al desarrollo industrial de la Argentina, a ese modelo de industrialización que instauró el primer peronismo para la sustitución de importaciones, que requería técnicos y profesionales y en ese momento la Argentina tenía formación en ingeniería, pero una ingeniería científica, es decir aplicada al cálculo nada más pero no a la industria. Lo que esa universidad obrera empezó a formar fue ingenieros de fábrica, ingenieros generalistas que pudieran desarrollarse en el ambiente fabril y gran parte de la formación se daba en el mismo lugar de trabajo en el día y a la noche se daba la parte teórica”, inició Fabio Seleme por FM La Isla.
En igual sentido, el secretario de extensión, comentó que en aquel momento, extrañamente, las universidades nacionales no recibían a técnicos para su formación en ingeniería, sino que recibían a egresados de bachillerato, siendo la universidad obrera la primera en recibir a técnicos para convertirlos en ingenieros. A ello, Seleme agregó que la Universidad Obrera es la única de carácter federal, que no tiene una única sede en una ciudad sino varias en toda la Nación. “Eso nos da una marca también de identidad propia”, dijo.
“La universidad obrera siguió un poco la suerte que siguió el peronismo y las obras del peronismo, que cuando vino el golpe de Estado de la mal llamada revolución libertadora, fue cerrada, sus profesionales fueron inhabilitados para el ejercicio y después de una larga lucha, los que habían formado parte de esa universidad, con otros nombre, el nombre que hoy conocemos: Universidad Tecnológica Nacional, volvió a reivindicarse”, dijo Seleme y agregó, “hay una cosa muy cierta, que es que la Universidad Obrera Nacional no formó parte de las universidades nacionales tradicionales, ni de la tradición reformista que nacióen 1918 en la UNC, esa tradición reformista había democratizado las universidades hacia el interior de ella, había dado a luz al cogobierno, pero seguían siendo elitistas y restrictivas, eran aranceladas y tenían exámenes de ingreso”, al tiempo que señaló que en cambio la UTN inauguró la gratuidad y el ingreso irrestricto de los estudiantes. “Esto termino de dar forma al modelo universitario Argentino, dándole contenido social, si de algo debe sentirse orgullosa la Argentina es de su enseñanza universitaria y de lo que consiguió la universidad para los sectores populares, para los hijos de los trabajadores, que les permitió superar a la generación anterior”.
En ese orden de cosas, Seleme señaló que hoy si bien el discurso es el del acceso irrestricto, el acceso termina siendo desigual por otras condiciones, como la formación deficiente en el nivel secundario, la lejanía de los establecimientos y la falta de transporte o la imposibilidad de acceder al material bibliográfico.
“El día a día de una carrera no es lo mismo para un joven de clase media o alta que para el hijo de un obrero”, dijo Seleme y agregó que hace falta que más jóvenes entren a cursar ingenierías porque hay un déficit de profesionales en ese sector.
“Para la UTN la situación actual tiene que ver con volver a los orígenes porque en esa transformación de Universidad Obrera Nacional a UTN se perdieron algunas cosas que tenía el modelo educativo nacional y se equiparó mucho de la formación a la de las universidades nacionales tradicionales y, en ese sentido, se perdió la formación de ingenieros generalistas, con vistas a especializaciones posteriores, es algo que está en discusión y que cada vez se impone más que es la idea de lo que necesitamos formar son ingenieros generalistas primeros, de formación más abreviada con vista a futura especializaciones y no hacer la especializaciones primero y después ir a trabajar y volver para especializarse en otra cosa que resulta necesaria”.
Partiendo de ello, Seleme dijo que hoy es absolutamente necesario intensificar la formación en tecnicaturas para la industria del conocimiento, con trayectos más intensivos y cortos para abastecer el mercado laboral actual.
“Las instituciones de formación lo que tenemos que dar es una plataforma que le permita al alumno incorporarse a trabajo y acceder a esa futura formación a medida que se desarrollan las empresas”, explicó y agregó que esto no quita la necesidad de tener profesionales ingenieros de 5 o 6 años de formación.
“El cambio tiene que ver con volver a los orígenes de la Universidad Obrera, porque la universidad daba este tipo de formaciones técnicas orientadas concretamente a áreas y empresas puntuales e ingenieros que se puedan acoplar a la producción y la industria rápidamente. Hoy está siendo rescatado todo el modelo educativo de la Universidad Obrera”, finalizó.