La reciente propuesta de presupuesto nacional, que prioriza el pago de compromisos externos antes de ejecutar el gasto público, marca un cambio en la tradición presupuestaria de Argentina. Este modelo de “déficit cero” despierta tanto elogios como preocupaciones por su impacto en provincias y municipios que dependen de fondos nacionales.
El Gobierno Nacional se propuso este año al presentar un presupuesto enfocado en mantener el superávit fiscal, priorizando el cumplimiento de compromisos externos sobre otros gastos. Este “presupuesto al revés”, como algunos expertos lo han denominado, impone una restricción autoimpuesta por el Ejecutivo para evitar el déficit, lo cual se ve como un intento de garantizar la estabilidad económica frente a los mercados internacionales, a pesar del cierre financiero que enfrenta. Argentina.
Gastón Suárez, integrante de la Asociación Argentina de Presupuestos, explicó en declaraciones a FM La Isla que esta nueva forma de estructurar el presupuesto contrasta con el modelo anterior, donde los recursos se distribuían conforme a las prioridades internas sin sujetarse explícitamente a un superávit. “Es una innovación que genera incertidumbre, ya que obliga a provincias y municipios a replantear sus propios presupuestos, en algunos casos reemplazando partidas que antes financiaba la Nación”, señaló Suárez.
Este enfoque de austeridad afecta a muchas provincias, que dependen en gran medida de los fondos nacionales para ejecutar sus proyectos. Al mismo tiempo, el presupuesto de 2024 ha propuesto una reducción en los programas nacionales destinados a obras públicas, generando mayor presión para los gobiernos locales, que deberán buscar alternativas o recurrir a fondos propios.
En el caso de Río Grande, el presupuesto municipal presentado recientemente en el Consejo Deliberante muestra un esfuerzo local por mantener el equilibrio fiscal. La ciudad se ha visto obligada a ajustar partidas y reestructurar proyectos que dependían de la financiación nacional, adaptando algunos de ellos a la realidad actual, como en el caso de la terminal de transporte, que se convertirá en un centro de exposiciones autofinanciado.
Comparación Internacional y opiniones divididas
La Asociación Argentina de Presupuestos observa que, en comparación con otros países de la región, Argentina enfrenta una situación financiera única debido a su falta de acceso a los mercados de crédito internacionales. Esto hace que la meta de “déficit cero” sea más desafiante y arriesgada, especialmente considerando los compromisos externos de aproximadamente 125.000 millones de dólares que el país deberá afrontar en los próximos años.
Los economistas advierten que el presupuesto incluye una proyección optimista de ingresos y metas inflacionarias, difíciles de cumplir en un contexto de alta inflación y un crecimiento económico inestable. Esto podría llevar a ajustes adicionales durante el año, afectando aún más a las provincias y generando conflictos internos.
Debate Legislativo y Posibles Modificaciones
El presupuesto aún debe ser discutido en el Congreso y en las legislaturas provinciales, donde se esperan modificaciones y propuestas para mitigar el impacto sobre las jurisdicciones locales. Sin embargo, muchos funcionarios y legisladores ya anticipan un año complejo, en el que los ajustes y la reducción de transferencias discrecionales podrían tensar las relaciones entre los distintos niveles de gobierno.
El enfoque del nuevo presupuesto marca una clara orientación hacia la austeridad y la estabilidad fiscal, aunque a costa de mayores dificultades para las provincias y los municipios, que deberán hacer frente a sus propios retos presupuestarios en un contexto de recursos limitados.