“Es un combate que se hace de manera armónica, en donde los aviones hidrantes tienen un papel, pero no el único”

Lo aseguró el viceministro de Ambiente de Nación, Sergio Federovisky, luego del encuentro que mantuvo, este martes, con el Gobernador Gustavo Melella.

El funcionario nacional analizó que “los aviones hidrantes que tenemos en este momento, más los helicópteros, entendemos que, por el momento tienen la posibilidad logística de funcionar adecuadamente y dan respuesta a las necesidades que este incendio está demandando”.

Asimismo, precisó que “si fuese necesario incorporar mayor cantidad de medios aéreos, está la disposición del Estado Nacional de acompañar con esa provisión” y confirmó que “no necesitamos, por el momento y tampoco hemos tenido ofrecimientos de medios aéreos que provengan de otros lugares del mundo”.

En ese punto aclaró que “estamos en contacto con las autoridades chilenas, con la CONAF (Corporación Nacional Forestal), incluso se ha tomado contacto desde Cancillería. No ha habido de parte del Gobierno chileno ningún ofrecimiento puntual,” y relató que “hubo una conversación respecto de la posibilidad que pudieran enviar exclusivamente brigadistas, no medios aéreos, pero esa posibilidad empezó a perder potencial en las últimas horas porque Chile también está atravesando una situación compleja en materia de incendios”.

Además, analizó que “hay fuego porque tenemos un impacto brutal del cambio climático, que se manifiesta, con cuatro años de sequía continuada, con registro de precipitaciones cada año inferior al año anterior” señaló el Viceministro de Ambiente de Nación.

De igual modo -continuó- que “hay fuego porque como resultado de esa sequía extraordinaria y del influjo del cambio climático, tenemos una acumulación de materia orgánica, es decir, de combustible como se lo conoce técnicamente, sobre el suelo, muy elevada”.

“También, porque la sequía y el aumento sistemático de la temperatura impone un estrés hídrico sobre la vegetación en pie, que parece que estuviera viva y que estuviera radiante, pero, sin embargo, prende como si fuese papel” graficó Federovisky.

Asimismo, reflexionó que “hay fuego, porque hay mucha gente inconsciente, indolente o poco apegada al respeto hacia los demás, que prende en fuego en circunstancias como las que acabo de describir. Frente a la cual, no solamente es desaconsejable, sino que está prohibido -recordó- hay una emergencia ígnea declarada por el Presidente de la Nación que desaconseja el uso del fuego y resolución por unanimidad del Consejo Federal de Medio Ambiente del mes de febrero, donde se insta a todas las provincias a declarar la prohibición del uso del fuego mientras persistan estas condiciones climáticas”. 

“Por todo eso hay fuego, y el fuego se combate desde varios lugares, simultáneamente o complementariamente, y el más importante de ellos es por tierra. Por eso, lo primero que se hace es enviar brigadistas, evaluar, trabajar sobre el terreno, conocer cuáles son las posibilidades de propagación, la dirección del viento, etcétera; y los medios aéreos funcionan como complemento para enfriar las zonas, impedir que el fuego avance en determinada dirección, tratar de fijar puntualmente sitios en donde el fuego no pueda prosperar”, precisó el Viceministro.

“Es un combate que se hace de manera armónica, en donde los aviones hidrantes tienen un papel, pero no el único”, insistió tras el encuentro con Melella del que además participaron el ministro Jefe de Gabinete, Agustín Tita; la ministra de Producción y Ambiente, Sonia Castiglione y el director Nacional del Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Alberto Seufferheld.

“Si solo se tratara de acumulación de recursos, es decir aviones hidrantes, helicópteros, no habría incendios regularmente en Estados Unidos que tiene el servicio forestal mejor y más equipado del mundo y, sin embargo, todos los años se queman un millón y pico de hectáreas, o no habría incendios de estas características en Australia, que en el año 2021 se quemaron 23 millones de hectáreas y ardió durante un mes consecutivo”.

“Quiere decir que hay que analizar el fuego desde su complejidad y no desde la simplificación de creer que con determinado recurso lo vamos a solucionar”, consideró.

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