Fraude Millonario de un Productor Musical en Estados Unidos. El productor Michael Smith usó inteligencia artificial para crear canciones y, mediante miles de cuentas falsas, amasó millones de dólares en regalías. El FBI lo arrestó, exponiendo las debilidades del sistema digital de la música.
Hace apenas dos meses, las principales discográficas del panorama musical, como Sony, Warner y Universal, se levantaban en protesta ante la creciente amenaza que representa la inteligencia artificial para el ámbito sonoro. El conflicto giraba en torno a los servicios de IA Suno y Udio, señalados por vulnerar los derechos de autor. Este caso, que recientemente ha salido a la luz en los Estados Unidos, pone en evidencia que la relación entre la música y la IA aún tiene un largo camino que recorrer antes de encontrar un equilibrio.
El Escándalo de Michael Smith
Michael Smith, un productor de 52 años originario de Cornelius, Carolina del Norte, pasó de ser prácticamente un desconocido a embolsarse más de 10 millones de dólares en regalías gracias a plataformas como Spotify y Apple Music en cuestión de meses. Sin embargo, tras una minuciosa investigación por parte del FBI, se descubrió que este meteórico ascenso fue consecuencia de uno de los fraudes más impactantes que ha sacudido la industria musical hasta la fecha.
Smith recurrió a canciones generadas mediante inteligencia artificial y creó miles de perfiles falsos en servicios de streaming. Estas cuentas reproducían automáticamente su música generada, alcanzando hasta 661,440 reproducciones diarias, lo que le permitió acumular más de un millón de dólares anuales en regalías. El pasado miércoles, el FBI lo detuvo, acusándolo de múltiples delitos, incluidos fraude electrónico y lavado de dinero. Smith podría enfrentar hasta 60 años de prisión si es condenado.
Cómo Operaba el Fraude
Según la acusación presentada, Smith inició su operación en 2017 al reproducir su propia música, pero rápidamente ajustó su estrategia para burlar los sistemas antifraude de las plataformas. En 2018, cambió el enfoque, generando miles de canciones a través de inteligencia artificial, lo que dificultaba la detección de las plataformas de streaming. Para mantener su anonimato, adquirió direcciones de correo electrónico falsas y utilizó servicios VPN para ocultar su rastro.
Este esquema afectó directamente los fondos de regalías que las plataformas destinan a los artistas, según se detalló en el tribunal federal de Manhattan. El dinero que debería haber sido distribuido entre músicos y compositores terminó en manos de Smith, quien durante siete años logró engañar al sistema con este fraude masivo.
Un Desafío Creciente para la Industria Musical
El caso de Smith no solo destaca la fragilidad del sistema, sino que también subraya los riesgos que plantea la inteligencia artificial para el futuro de la música. La industria, que en su mayoría ha migrado al formato digital, aún no ha encontrado una solución eficaz para enfrentar los desafíos que la IA introduce en este ámbito. Aunque este fraude es uno de los primeros en su clase, todo indica que no será el último.
La acusación también ha revelado que el CEO de una compañía de inteligencia artificial está siendo investigado por su supuesta colaboración en el esquema de Smith, al igual que un conocido promotor musical. La creciente dependencia de la IA en la creación y distribución de música plantea preguntas sin respuesta, y la industria deberá evolucionar rápidamente si quiere prevenir que casos similares se repitan en el futuro cercano.